MUSICOTERAPIA

En la primera entrada grupal de MUSIMECUM os vamos a contar que es la Musicoterapia.

Mas adelante, os diremos porque recurrir a ella como alternativa, hablaremos de sus diversas aplicaciones y expondremos las múltiples patologías sobre las que la música ejerce un efecto positivo.

Aunque se sabe que desde tiempos remotos las música ha sido de gran ayuda en el tratamiento de enfermedades (los primeros musicoterapeutas fueron los chamanes y brujos) la Musicoterapia es una disciplina relativamente nueva en el ámbito sanitario. 

“ La música es la medicina, a través del tiempo, que siempre prevalece. ”
(Giovanni Hidalgo – percusionista)

La Musicoterapia es una disciplina integral ya que responde ante necesidades físicas, emocionales, cognitivas y sociales.

Diversas investigaciones cientificas verifican que la Musicoterapia es un potente complemento de otras terapias.

En entradas individuales, hemos citado, entre otras cosas, el efecto placebo y analgésico de la musica.

Sin embargo, uno de los usos cotidianos más simples y difundidos de la Musicoterapia es la regulación del estado de ánimo.

La Musicoterapia tiene especial efecto en áreas como la rehabilitación física, sensorial y cognitiva, en el aumento de la motivación del paciente.

  

           " El poder integrador y sanador de la música es fundamental.

                            Es el medicamento no químico más profundo."   

El fundamento de esta terapia alternativa, se basa en que el origen de muchas enfermedades se encuentra en el cerebro. El cual, transmite a una parte del cuerpo un estímulo, reproduciendo la enfermedad. 

A través de diversas melodías se pueden producir estímulos que logran efectos beneficiosos sorprendentes.

No basta con captar estímulos y transformarlos en impulsos nerviosos, la interpretación mental juega un importante papel.

Es importante saber que no todos los estímulos que llegan al cerebro se procesan conscientemente (diferencia entre oir y escuchar).

Se ha demostrado experimentalmente que la música y sus componentes fundamentales (estructuras rítmicas, escalas, tonos...) producen patrones de actividad eléctrica cerebral coherente.

Siendo la herramienta sonora más poderosa, según muchos terapeutas, el canto de armónicos.                   
Es decir, a través de nuestras propias voces, podemos proyectar a la parte enferma la frecuencia de resonancia correcta, y devolver su frecuencia normal.