La integración de la música en tratamientos para afecciones psíquicas y físicas es utilizada hace miles de años en Asia Central. La música sufi, ha sido de este tipo de integración, describiendo y aplicándose en las relaciones de sus tonalidades con los sentimientos, pensamientos, e incluso con los órganos del cuerpo.
Los grandes maestros sufis recurrían en ocasiones al sama (audición y ejecución musical), y los consideraban un medio de curación; sería lo que hoy llamaríamos músicoterapia o danzaterapia pero a un nivel mucho más profundo y abarcador.
La razón por la cual el sama es tan efectivo es porque los sonidos largos y vocalizados de las palabras que se utilizan resuenan principalmente en el corazón, produciendo una difusión de estos sonidos por un periodo de tiempo que va aumentando con cada repetición. El paciente a través de su práctica se vacía o se libra de sus estados de inquietud o agitación y así se reduce la presión de dichas emociones inconscientes, lo que le ayuda a recuperar su calma perdida y a aliviar los síntomas de emociones negativas, tales como las depresiones reactivas y el desánimo.
Los sufíes no solamente utilizaban el sama, la danza y los cantos como una forma de manifestar la felicidad y el gozo interior, sino que también representaba para los maestros sufis, conocedores del alma humana, un medio eficaz para sanar la psique de sus discípulos y generar en ellos salud interior.
A las respiraciones que realizan los sufis se las denomina "esma". Son rítmicas, alterando el orden de la inhalación y exhalación. Se realizan acompañando al sama. La respiración debe ser comprimida y condensada de manera tal que genere un alto grado de calor, quemando impurezas físicas del cuerpo. La música sufi ayuda a purificar nuestro interior y despierta la celebración del corazón.
La respiración crea el equilibrio y la armonía de los temperamentos del cuerpo, transporta los elementos sostenedores de la vida desde el exterior hacia las funciones fisiológicas internas. La respiración es el regulador de la alegría, la tristeza, el humor, la cólera, los celos, y otras emociones. Tanto la calidad como la cantidad de la respiración tienen un efecto definitivo y directo sobre la salud humana, salud física como espiritual.
ISABEL SIERRA ALCAÑIZ
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