Además del conocido grupo de música, un placebo es una sustancia farmacológicamente inerte que se utiliza como control en un ensayo clínico. El placebo es capaz de provocar un efecto positivo a ciertos individuos enfermos, si éstos no saben que están recibiendo un medicamento falso y que creen que es uno verdadero (farmacológicamente activo). Esto se denomina efecto placebo.
El único componente importante de todo placebo es el psicológico. Es decir, el efecto placebo funciona con base en la sugestión. Cuando un paciente fácilmente sugestionable recibe un placebo y piensa que se trata de un medicamento real, su sistema nervioso generalmente comienza a desarrollar dopamina, una sustancia química responsable de los efectos de mejoría. De hecho, el factor psicológico se evidencia hasta tal punto que las pastillas de azúcar fabricadas en tamaños más grandes surten más efecto que las pequeñas, y las de colores vivos más efecto que las blancas.
Su uso no está limitado únicamente a los ensayos clínicos, ya que estudios recientes han demostrado la eficacia en la esquizofrenia de las sustancias placebo frente a los propios fármacos para tratar la enfermedad. No obstante, está claro que el efecto placebo no puede curar cualquier enfermedad. Un cáncer, por ejemplo, no es tratable con sólo influencia psicológica. Los efectos sólo se limitan a aliviar síntomas relativamente superficiales y no a curar realmente la enfermedad de fondo; a menos que desde el comienzo la enfermedad en cuestión no existiera y sólo se tratara de un desequilibrio psicológico (compensado luego también psicológicamente).
BEATRIZ RODRÍGUEZ
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