Cuando asistimos a un concierto, disfrutamos del espectáculo,
del placer que los músicos nos proporcionan. Pero hay algo que se nos escapa,
no somos conscientes de la preparación y formación instrumental que ha
necesitado años de muchísimo esfuerzo.
Sorprendentemente, casi todos los “males” que puede sufrir
un músico provienen de una mala postura, son lesiones crónicas por el uso
incorrecto o excesivo del instrumento, ya que son posiciones no habituales en
la vida diaria, y mantenerlas durante horas puede dar lugar a que los músculos
sufran.
La mano de percusionista y el codo de tenista es típica en
los pianistas. Tienden a tener problemas de sobrecarga en su columna vertebral.
También presentan distonía focal de la mano, una contracción muscular en la
mano y encorvamiento de los dedos. Tenosinovitis
de Quervain, se trata de una inflamación crónica de los tendones del pulgar que
pasan por una vaina situada en la tabaquera anatómica de la muñeca.
La cardiomegalia o la pérdida de la audición se suele dar en
el caso de los trompetistas. Sufren hiperqueratosis en boca y labios por la
boquilla de la trompeta. Destaca el tinnitus, una lesión del oído interno por
una exposición a música intensa provocando zumbido de oídos.
Los violinistas suelen sufrir dermatitis y dolores en la
mano izquierda y el hombro. A su vez presentan
disfunciones témporomandibulares por mantener el violín y la viola. La bursutis
es una inflamación de una bolsa sinovial articular, frecuente en el hombro que
mueve el arco de los violinistas.
Quiero destacar el conocido “fiddler´s neck”, el cuello de
violinista. Se trata de un callo en el cuello del continuo roce de la madera
contra la piel.
Una amiga, Cristina de Mingo sufre este problema. Y digo
sufre, porque en numerosas ocasiones le afecta de tal manera que perjudica su
interpretación e incluso le impide ensayar el tiempo que desearía. Cuantas
bromas habrá tenido que aguantar, cuando le hemos insinuado que en realidad esa
mancha es consecuencia de una noche de pasión…pero la verdad es que me consta
que es muy dolorosa y ha tenido que ir varias veces al médico ya que el
principal problema viene cuando una vez que sufre esa rozadura tiene que volver
a presionar encima con la viola ya que es su trabajo y se gana la vida con
ello.
Aquí os dejo una obra suya formando parte del “Quinteto en
Sol menor” de Enrique Granados en la sala de cámara del Auditorio Nacional. Son
alumnos del conservatorio de Arturo Soria de Madrid. Ella es la segunda
empezando por la derecha.
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