miércoles, 7 de noviembre de 2012

El dolor silencioso de un músico


Cuando asistimos a un concierto, disfrutamos del espectáculo, del placer que los músicos nos proporcionan. Pero hay algo que se nos escapa, no somos conscientes de la preparación y formación instrumental que ha necesitado años de muchísimo esfuerzo.

Sorprendentemente, casi todos los “males” que puede sufrir un músico provienen de una mala postura, son lesiones crónicas por el uso incorrecto o excesivo del instrumento, ya que son posiciones no habituales en la vida diaria, y mantenerlas durante horas puede dar lugar a que los músculos sufran.

La mano de percusionista y el codo de tenista es típica en los pianistas. Tienden a tener problemas de sobrecarga en su columna vertebral. También presentan distonía focal de la mano, una contracción muscular en la mano y encorvamiento de los dedos. Tenosinovitis de Quervain, se trata de una inflamación crónica de los tendones del pulgar que pasan por una vaina situada en la tabaquera anatómica de la muñeca.

La cardiomegalia o la pérdida de la audición se suele dar en el caso de los trompetistas. Sufren hiperqueratosis en boca y labios por la boquilla de la trompeta. Destaca el tinnitus, una lesión del oído interno por una exposición a música intensa provocando zumbido de oídos.

Los violinistas suelen sufrir dermatitis y dolores en la mano izquierda  y el hombro. A su vez presentan disfunciones témporomandibulares por mantener el violín y la viola. La bursutis es una inflamación de una bolsa sinovial articular, frecuente en el hombro que mueve el arco de los violinistas.

Quiero destacar el conocido “fiddler´s neck”, el cuello de violinista. Se trata de un callo en el cuello del continuo roce de la madera contra la piel.

Una amiga, Cristina de Mingo sufre este problema. Y digo sufre, porque en numerosas ocasiones le afecta de tal manera que perjudica su interpretación e incluso le impide ensayar el tiempo que desearía. Cuantas bromas habrá tenido que aguantar, cuando le hemos insinuado que en realidad esa mancha es consecuencia de una noche de pasión…pero la verdad es que me consta que es muy dolorosa y ha tenido que ir varias veces al médico ya que el principal problema viene cuando una vez que sufre esa rozadura tiene que volver a presionar encima con la viola ya que es su trabajo y se gana la vida con ello.

Aquí os dejo una obra suya formando parte del “Quinteto en Sol menor” de Enrique Granados en la sala de cámara del Auditorio Nacional. Son alumnos del conservatorio de Arturo Soria de Madrid. Ella es la segunda empezando por la derecha. 



SANDRA MORALES MONTÓN

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